Tango 2 — страница 5

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habitante de los arrabales, por la inmigraci?n, iba a adaptar estas figuras en una nov?sima danza de pareja abrazada. Aparecer?an aqu? esos movimientos, pero de a dos en un solo abrazo, y con una m?sica que en principio no debe haber sido el Tango, sino cualquier otro bailable de la ?poca.Y esta danza habr? provocado seguramente la necesidad de una m?sica hecha a la medida. Mazurcas, habaneras y milongas se habr?n transformado aceleradamente en un nuevo g?nero : El tango Criollo. Con el adjetivo “criollo” se reivindicaba una creaci?n aut?ctona. Este baile fue adoptado en principio por gente de pocos recursos econ?micos, y seguramente no se bailaba sino en locales muy mal vistos por la sociedad de la ?poca.En 1880, El Tango se bailaba en las “Academias”, que eran locales

en los que adem?s se beb?a, y se escuchaba m?sica. Estas casas eran atendidas por camareras y no distaban mucho de ser prost?bulos. Iban a pasar m?s de veinte a?os hasta que el Tango, ya definido como una danza original, comenzara a introducirse en las casas de Buenos Aires de entonces.Claro que en aquellos a?os iniciales su coreograf?a era muy diferente a la de la actualidad. Sus movimientos eran m?s aparatosos y exagerados. Ten?a mucho mas cerca aquella influencia negra nombrada y designada como cirquense. Con los a?os se iba a ir alisando, perdiendo esa acrobacia de los primitivos para ganar en elegancia al irse adue?ando de los salones que a?os despu?s iban a mostrar un espect?culo diferente, donde multitudes iban a bailar con parejas sincronizadas en una comuni?n con una

m?sica que iba a perder su forma inicial para ganar en sentimiento y emoci?n. Horacio Ferrer ha cre?do ver en ese fugitivo instante en que se abrazan la pupila y el compadrito un soplo de divinidad. “Macho y hembra -dijo- atados en nombre de la belleza, se elevan sin querer sobre su propia bazofia. Y ungidos artistas, intentan el pur?simo ejercicio de la soledad entre dos. Bailan y bailan creando lo que nunca jamas ha bailado nadie”. Se considera un bizantinismo sin sentido, totalmente irreal, pretender esquematizar una coreograf?a del tango y sus figuras. El tango de los comienzos fue, a su juicio, “la m?s desgarrada o improvisada y repentina creaci?n coreogr?fica para una pareja que superar?, a estos respectos, a las creaciones del barroco popular espa?ol o al alto alem?n

vals”.El bailar?n le propon?a a los m?sicos intuitivos de entonces, int?rpretes generalmente de guitarra, flauta y viol?n, la intensidad del ritmo con una exhibici?n cambiante de figuras que iban creando sobre la marcha: el corte, la quebrada, la corrida, el ocho, la media luna… Ellos fueron los inventores de la danza.La historia hablar? de aquel tango orillero. Despu?s vendr?n el “canyengue” y el liso o de sal?n. Formas distintas de bailar ” un sentimiento triste”, seg?n la acertada definici?n de Enrique Santos Disc?polo.El escritor norteamericano Waldo Frank se llev? la misma impresi?n cuando visit? el pa?s y no dud? en reconocer que ?sa era “la danza popular m?s profunda del mundo”. Una sorpresa que comparti? su compatriota, la bailarina Isadora Duncan: “Yo

no hab?a bailado nunca un tango, pero un mozo argentino que me serv?a de gu?a en Buenos Aires me oblig? a intentarlo. A mis primeros pasos t?midos sent? que mis pulsaciones respond?an al incitante ritmo l?nguido de aquella danza voluptuosa, suave como una larga caricia, embriagadora como el amor bajo el sol del mediod?a y peligrosa como la seducci?n de un bosque tropical”.A esta altura, el tango hab?a dejado la clandestinidad de sus comienzos. El pecado original – lo espurio de su cuna- hab?a sido perdonado por el Papa P?o X y el sello de calidad lo hab?an impuesto en Par?s, en los salones m?s aristocr?ticos de la ciudad Luz, ni?os bien de la categor?a de Vicente Madero, “Macoco” Alzaga Unzu? o L?pez Bouchardo. “Fue como bien dijo Ulyses Petit de Murat- el pueril

orgullo nacionalista que tra?an los que hab?an asistido al triunfo del tango en Par?s, el que abri? a esa danza de las orillas las puertas de las mansiones de la avenida Alvear, de Callao, de Santa Fe, de Florida y de la quinta de los Tornquist”. Era el tango liso – con luz entre los bailarines- que alcanz? una tremenda difusi?n en salones, cabarets y despu?s en los clubes de barrio hasta convertirse en la danza m?s popular hasta muy entrada la d?cada de los a?os cincuenta. ? El tango es cosa de hombresLa hip?tesis de que la coreograf?a tanguera naci? como burla al candombe negro encuentra asidero en su propia evoluci?n.Todos los testimonios coinciden en que las filigranas de un tango comenzaron a bordarse de forma individual. El compadrito, en una esquina, demostraba a sus